Sandra Torres y el poder por el poder

Fotografia: www.twitter.com/sandratorresgua

Decía Max Webber en La política como vocación que quien hace política aspira al poder bien por querer conseguir un fin a través del mismo (idealista) o bien obtener  un sentimiento de prestigio.

Lo normal es que asociemos a los actores como medio de cambio, dando por hecho que buscan una mejora en la sociedad; o simplemente buscan una continuidad de unas políticas bien ejecutadas y que repercuten positivamente en la ciudadanía. Pero una gran parte de los casos, simplemente se aspira al poder por el poder, porque ya han probado sus mieles y han quedados prendidos de ese aroma elitista, de ese incansable deseo que solo cesa con la muerte como decía Hobbes, de ese último afrodisiaco que probó Kissinger.

El caso de Sandra Torres es muy significativo. Para ponernos en contexto, esta mujer era la esposa del Ingeniero Alvaro Colom Caballeros, presidente de Guatemala de 2008 a 2012. Hasta ahí,  no pasaríamos más allá de la figura institucional  de primera dama de cualquier país, pero como los Kirtchner,  Sandra Torres quería el puesto que su marido tuvo. Y aquí empieza el poder por el poder, el comunicar a los ciudadanos y a una nación entera que tu ansia es tu único propósito por encima de tu vida personal y del respeto a las leyes.

A diferencia de los Clinton, Sandra quiso la presidencia  justo después de su marido, en 2012. El problema, es que en Guatemala, la Constitución prohíbe a los familiares más cercanos al presidente presentarse al cargo. Entonces, Sandra puso en la balanza los 14 años de amor con su marido o el poder de ser presidenta de una nación rica en políticos que defraudan a los ciudadanos (véase el caso del ex presidente Otto Pérez y la ex vicepresidenta Roxana Baldetti). Su balanza se decantó y al poco tiempo firmó el divorcio para poder participar en los comicios presidenciales.

Obviamente, la oposición se puso en contra,  hablaban de una forma encubierta para poder presentarse a las presidenciales (nadie lo hubiese pensado) y tras una dura batalla, un juez les dio la razón. La pobre Sandra se había quedado compuesta y sin novio.

Más allá de valorar su historia personal, existen candidatos en política que su previo poder les hace tomar decisiones en las que se creen por encima de las leyes.  El candidato debe de entender, que más allá de lo que haya sido antes, del poder que haya obtenido en cualquier cargo de cualquier país, las leyes son igual para todos los que optan a una elección.