¿Reuniones de empresa? Sí, pero con madurez de equipo

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En cada día, en cada esquina, ya sea de mañana o tarde,  las reuniones conforman una parte de nuestra sociedad. Hablar, intercambiar ideas, puntos de vista, aficiones e intereses son un elemento vivo que hace que el cerebro despierte y se agilice. La serotonina se explaya y es cuando las ideas empiezan a fluir. Dentro de la vida cotidiana ser social es una característica inherente al ser humano, nos motivan y nos enriquecen dando lugar a nuevos retos. Así que es normal concluir que las reuniones conforman una parte indispensable también en el área de los negocios. ¿No le parece?

Podemos sugerir que trasladada a la empresa, la reunión es un elemento a priori positivo.  Es un punto de partida eficaz para intercambiar información y complementos. A parte del objetivo principal, es recomendable buscar la participación, potenciar la creatividad y las sinergias positivas del grupo. La reunión presenta un excelente entorno para la cooperación, descubrir los procesos y protocolos con los que trabajan otros departamentos, agilizando la comunicación y el trabajo de la empresa.

¿Cuántas veces ha tenido un problema y ha sido un compañero que pasaba fortuito por su puesto de trabajo el que le ha dado una solución? Piense en la funcionalidad de un programa informático, una aplicación, o algún proceso Jurídico o administrativo. Algo que a priori usted desconocía y que era sencillo una vez aprendido. Con esta pregunta quiero hacer notar que la información que podemos descartar en un primer momento de “no relevante” puede generar de improviso nuevas dinámicas que agilizará su trabajo en el día a día, dicha sabiduría queda en espera y plantear una solución inesperada a un problema que le puede surgir en un futuro.

Enfocadas, este tipo de sinergias ahorran trabajo a la empresa y a usted. Solventan problemas antes de que se produzcan, creando una comunicación eficaz entre personas y departamentos a quienes recurrir en un momento de necesidad. Crear la disposición de confianza y cooperación entre el personal de la empresa es un trabajo de día a día en el que merece la pena invertir.

Pero las reuniones de empresa no siempre son positivas ni bien recibidas. Por ejemplo, enfocada en el día a día hay diversas  posturas contrarias a la reunión que hemos oído alguna vez;  hay personal reacio a asistir a las reuniones porque “no  aporta nada y  quita tiempo de trabajo”. Otros ven la reunión como un “tiempo de descanso”, como una “forma de autopromoción” incluso de competición personal y de departamentos. Cuando este tipo de pensamientos y actitudes surgen las reuniones pueden llegar a convertirse en un lastre para la empresa.

Hay que tener presente que las reuniones suponen un esfuerzo cuantitativo para la organización. Y los ánimos y actitudes perjudiciales envician al grupo con facilidad. Por eso hay que hacer un esfuerzo y plantear bien las reuniones de empresa. Hay que aprovechar los beneficios y sacarles un buen partido. Es recomendable disminuir el tiempo y el esfuerzo dedicado a atajar los problemas en post de potenciar las ideas. Buscando, potenciar la madurez del grupo. Trabajando todo el personal bajo el mismo objetivo que supone la empresa.

Como conclusión: Tanto si somos parte activa o pasiva en una reunión tenemos una responsabilidad. Debemos ser conscientes y críticos. Conocer las claves del funcionamiento de la reunión de empresa y jugar nuestro papel correctamente. En contraposición a una reunión casual, la reunión de empresa se celebra en base a un objetivo que se espera superar.  Aún teniendo la planificación, la moderación y la actitud adecuada los  proyectos pueden quedar inacabados si nuestro equipo carece de una cohesión adecuada. Por tanto hay un objetivo secundario a cuidar, la madurez de equipo.

Si se hace bien, se consigue crear un equipo que mejora cada día, que se vuelve más útil y con mayores posibilidades. Progresivamente, la madurez de equipo  hace que sea más fácil asumir proyectos más complejos y ambiciosos. Aumentando la prosperidad de la empresa y del grupo.